Fernando Garcín, música y poesía
Conocí a Fernando en 1999, al poco de empezar a tocar en directo con Julio Bustamante. Fue en el Café Cavallers. Me descubrió un mundo un poco del revés, como es él, en definitiva: la música al servicio del texto, el interior descarnado expuesto a la intemperie. Buscaba en la música un vehículo para expresar con rotundidad su poesía rítmica, o mejor, su prosa musical. Congeniamos rápido, y fue el inicio de una trayectoria de amistad, trabajo musical y editorial, en el que aprendí a jugar con la música de otra manera.
Empezamos a trabajar juntos con la idea de llevar al directo un espectáculo de poesía y música equilibrado y concreto, no solo como un señor recitando con un fondo musical bonito. Aprendí a componer canciones para sus textos, para ayudar en su expresión, y poco a poco, empezaron a salir también canciones de su boca, y formas rítmicas improvisadas
Vash Gon
Él ya había publicado su primer CD, La mejor Hora (Seminola 1999), con muchos de los músicos con los que había tocado años antes por los bares. Al año siguiente publicamos un CD juntos, Vash Gon (Hall of Fame Records 2000), con canciones inolvidables para mi como A vista de pájaro, Hoy lloviendo con Suzanne o Tramontana, en las que conseguimos una unidad de alto contenido emocional.
Tiempo y detalles
El segundo año de vida de Comboi Records publicamos el único discolibro del sello, con un recopilatorio de la obra discográfica de Fernando Garcín, más 8 temas inéditos. Se llamó Tiempo y detalles – Antología 1996/2006 (Comboi Records 2006).
Spoken word
Fernando ha ido adaptando su formato básico de spoken word a lo largo de su dilatada carrera. Como poeta desea experimentar con la plasticidad del sonido y la imagen. Incorpora los términos de «canción hablada», de «poetemas» (musicales), o de canciones, que igual se cantan o se hablan, siempre dentro de una rítmica que haga converger la melodía y la voz, cada una en su plano.
El mundo poético-musical de Garcín, desde los poetemas a las canciones, no se inscribe en ninguna etiqueta musical, y sigue el rastro de una tradición que viene de los viejos trovadores del área mediterránea, centroeuropea y anglosajona, de la vena punk-rock-folk poética, y al mismo tiempo con los alientos del recitado clásico, el blues hablado, el rap, el hip-hop, y los experimentos de la voz y la palabra en diálogo con la música.
Woodstock 2009. Festival de spoken word
Desde sus inicios, la influencia de la Generación Beat y del mundo anglosajón han sido un aliciente para Fernando. De su amistad con Russel Richardson, guionista, director de cine y músico experimental, y de sus contactos con músicos norteamericanos, salió la invitación del Ayuntamiento de Woodstock (NY) a participar en su Festival anual de spoken word. Nada más comentármelo me apunté entusiasmado, y allí que nos fuimos, con la idea también de hacer un par de conciertos, al margen del festival, en el espacio cultural que dirigía Russell Richardson, The Red Barn & Woodstock City Hall. La experiencia fue inolvidable, y fuimos acogidos por ellos, Russell, Dorota y Robin, como si de sus hermanos se tratara.
La trayectoria musical de Fernando en los últimos años se ha centrado sobre todo en la colaboración con artistas anglosajones, que ponen música a sus poemas con estilos muy variados y sorprendentes. Se ha hecho un hueco importante en plataformas digitales como Reverbnation, con miles de seguidores de todo el mundo.